¿Te encantaría sentirte mejor? ¿Sí? ¡Genial! Multiplicar tu bienestar a través de tu alimentación es muy posible y queremos compartir contigo 4 herramientas que te van a ayudar a conseguirlo. Si te quedas un ratito con nosotros descubrirás los primeros pasos que te acercarán a la sensación de bienestar de tus sueños.

1. Un poco de Feng Shui en tu nevera...

¿Estás pensando en mejorar tu dieta y no sabes por dónde empezar? ¡Empieza por tu nevera! Un rápido vistazo puede ser muy ilustrativo acerca de cómo te estás cuidando últimamente.

¿Es agradable la primera impresión que tienes al abrirla? ¿Está limpia y ordenada? ¿Lo que hay dentro te transmite vida y frescor o te recuerda más bien a un cementerio?

Es muy importante que te encuentres a gusto con tu nevera para poder llevar una alimentación que te ayude a estar san@ y revitalizad@. Si te parece, vamos a empezar por limpiarla a fondo y ordenarla, tirar todo lo que esté caducado, esos botes que ya no recuerdas cuando abriste… O todo aquello que, simplemente, hayas decidido eliminar de tu dieta.

Nuestra regla de oro es: Si no quieres comerlo, no debe estar dentro de tu nevera. Como muy bien dice el dicho inglés Out of sight, out of mind. Así que destierra de tu vista todo aquello que hayas decidido dejar de comer. El objetivo es que cada vez que la abras tan sólo te encuentres con opciones saludables y deliciosas para elegir.

Hoy en día es muy fácil proveerte de productos naturales de buena calidad en herbolarios y tiendas especializadas en alimentación biológica. Incluso las cadenas de supermercados habituales ya ofrecen gran variedad de ellos. Eso sí, no olvides leer siempre las etiquetas de los productos que compras para evitarte sorpresas indeseadas una vez en casa.

Haz de tu nevera una buena compañera que te ayude y te anime en tu propósito de llevar una dieta más saludable. Mantenla provista de verduras y frutas frescas de la estación, germinados, proteínas vegetales como el tempeh o el tofu, alimentos fermentados como las olivas, los encurtidos, el miso, que te ayudarán a regenerar tu flora intestinal, bebidas de cereales o frutos secos, mermeladas sin azúcares añadidos, endulzantes naturales como la melaza de arroz o el jugo concentrado de manzana…

Así seguro que se te hace mucho más fácil tomar una buena elección por las tardes, cuando llegas cansad@ del trabajo preguntándote qué vas a cenar. O por las mañanas, cuando la abres aún medio dormid@ para prepararte el desayuno...

Cuando hayas conquistado la nevera, puedes seguir por el congelador y la despensa… No hay límites para dejar que el bienestar se instale en tu casa y en tu vida.

2. Los trajes a medida siempre sientan mejor

Como los trajes, la alimentación es algo muy personal. No existe una alimentación perfecta para todos. Igual que no existe el traje perfecto para todos. Si lo que quieres es un traje que te quede como un guante necesitas conocer las medidas de cada curva de tu cuerpo. Si lo que quieres es una alimentación que te haga sentir radiante entonces te tienes que convertir en el sastre o la modista y tomarte las medidas. ¿Y cómo se hace eso? Escuchándote: Tu cuerpo te habla en cada momento y sabe mejor que nadie lo que te sienta bien  y lo que no, tan sólo necesitas observarlo.

A lo mejor te has dado cuenta de que no te sienta bien la carne o de que no te apetece comerla... O quizás ves que no acabas de digerir bien los productos que contienen gluten... O tienes alergias y problemas en las vías respiratorias y te has enterado de que los productos lácteos ayudan a agravar estas afecciones...  O puede que intuyas que el azúcar contribuye a esas inexplicables subidas y bajadas en tu humor... O simplemente, puede que quieras dar un giro radical a tu alimentación porque te has concienciado de las ventajas que supondrá para tu salud y la del Planeta.

Sea como sea procura ser ambicios@ y a la vez realista cuando eliges tu meta. Tú te conoces mejor que nadie para decidir eso. ¿Qué sería un éxito para ti ? ¿Qué te ayudaría a sentirte un poco mejor? ¿Cuál es ese alimento del que sabes que te convendría prescindir? Identifícalo y  ya tienes tu objetivo. Y recuerda que los cambios que valen la pena son lentos pero duraderos.

3. Descubre cómo entender y satisfacer tus antojos

Ahora se trata de sustituir ese o esos alimentos que has decidido dejar de tomar por otros que te proporcionen mayor bienestar. Por ponerte un ejemplo: Si estás determinad@ a dejar de tomar lácteos te será de gran ayuda aprender a hacer leches de semillas y frutos secos, por ejemplo. O fabricar tus propios quesos y patés vegetales. O aprender a hacerte postres que no lleven ningún lácteo añadido...

En cada caso es diferente, pero normalmente cuanto más desarrolles tus capacidades para encontrar sustitutos que te satisfagan más fácil se te presentará el viaje que supone el cambio de hábitos.

Con un poco de práctica, y con la ayuda de algunos libros y clases de cocina natural, verás como empiezas a cogerle el gusto al cambio.

4. Come mucha verdura

La verdura es tu gran aliada: posee innumerables sustancias beneficiosas para ayudarte a regenerar tu cuerpo y maximizar tu bienestar. Si te es posible consumirla de cultivo ecológico, sería genial. Si no sigue tomándola igualmente porque así y todo es peor dejar de tomarla.

Si te sienta bien y te apetece puedes comerla en ensalada. Si no te sienta bien o no te apetece la ensalada a estas alturas del año puedes escaldarla durante unos segundos o minutos (dependiendo de qué verdura se trate) pero siempre fijándote muy bien en que quede crujiente y con un color brillante. Eso indica que sigue conteniendo valiosos nutrientes que han sobrevivido a la cocción. Pero si el color es apagado, pardo... entonces sentimos comunicarte que la mayoría de sustancias valiosas que contenía ese brócoli, por poner un ejemplo, han pasado a mejor vida o se han quedado en el agua de cocción. Así que, si es el caso,  al menos no olvides bebértela.

Y ya que te estamos diciendo que comas verdura... vamos a dejarte el enlace con la receta de una salsa de sésamo. Porque un buen aliño puede darle un giro a esa sosa ensalada que da vueltas en tu plato. Como una varita mágica que convierte en oro todo lo que toca haciéndolo apetecible y apetitoso 😉

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