Falling in love with Fall

Enamorándonos del otoño y de su magia... Sorry, no hemos podido evitar la frase en inglés, es que queda tan poética.

Y precisamente eso es lo que nos evoca esta estación: recogimiento, poesía, nutrición, calor, lluvia, caída, y sobre todo recogimiento de nuevo, en casa, en la cocina, preparando unas galletas, un estofado, sacando una fragante tarta de manzana del horno...

Sí, el otoño huele a cocina, a cocina de la buena. Así que arremanguémonos y pongámonos junto a los fogones porque otra fiesta está a punto de comenzar. Quizás diferente a la fiesta del verano, más explosiva, más de puertas hacia afuera... Esta es una fiesta de puertas hacia adentro, aromática, colorida y muy evocadora. Pero sobre todo, reconfortante.

Para armonizarnos con la energía del otoño...

Ya a finales del verano empiezan a notarse los cambios. Todavía hace calor pero ya no es tan intenso, todo va calmándose, relajándose y centrándose, disminuyendo de intensidad. Nos encontramos en el punto de transición entre vibraciones muy activas y vivas de las estaciones anteriores (primavera y verano) y las más pasivas, densas y condensadas del otoño y el invierno.

En este periodo, los colores en la naturaleza cambian de verdes brillantes a amarillentos, dorados, naranjas, rojizos. Todos estos colores se reflejan ampliamente en los colores de los cereales integrales como el mijo, el arroz redondo o la quinoa, las leguminosas, como los garbanzos y las verduras de temporada, como las calabazas, coles, judías verdes, puerros, setas, boniatos... y las frutas dulces como las uvas, higos, peras o manzanas.

A nivel de cocciones, es muy acertado empezar a utilizar aquellas que generan una energía que nos centra, nos equilibra y a la vez nos calienta ligeramente como el vapor, los estofados, las cremas de verduras redondas como la cebolla, la calabaza... Estas cocciones nos aportarán el sabor dulce naturalnutrirán nuestro plexo solar, que es el centro de nuestras emociones, y los órganos relacionados con el proceso digestivo (estómago, bazo y páncreas) que son los órganos que principalmente nos conviene regenerar y nutrir en este momento según la Medicina Oriental.

Cuando finalmente, tras esta transición, que puede durar más o menos según el lugar donde nos encontramos y según lo que la climatología de este año nos depara, podemos ver una transformación radical en la dirección de la energía, donde la naturaleza empieza su conservación e interiorización. Las hojas cambian de amarillentas o doradas a marrones y secas. Pronto empiezan a caerse de los árboles. La actividad, que antes estaba en el tronco y las ramas, desaparece para recogerse en las raíces...

Y así, casi imitando a los árboles, también a nosotros nos conviene recogernos y nutrirnos con alimentos que generen más calor, que concentren con más profundidad y que refuercen.

No está de más recordar que...

Nos conviene reducir o eliminar los alimentos de naturaleza fría y húmeda como los helados, las comidas y bebidas frías, las frutas crudas en exceso... ya que, junto con alimentos que producen mucosidades como las harinas y los lácteos, pueden aliarse con el descenso de las temperaturas para producir resfriados, gripes y los típicos síntomas de esta estación.

Aquí te dejamos con una receta de crema de calabaza que te ayudará a ponerte las pilas.